Misión imposible

Con solo siete jugadores debido a las bajas médicas y todos ellos de escasa altura, el equipo se desplazaba a Zaragoza para disputar el partido de vuelta contra Cañoneros, conjunto donde destaca su mayor compenetración, altura y veteranía contrastando con nuestra juventud, inferioridad e inexperiencia.

 Con todo esto y sin nada que perder por nuestra parte comenzaba el partido siendo los ocho primeros minutos del primer cuarto muy igualados pero a partir de ahí Cañoneros fue cogiendo ventaja y el primer cuarto se lo adjudicaron por 15 a 7.

En el segundo cuarto otro periodo de superioridad local con dominio en el marcador, sumando puntos con facilidad tanto dentro de la zona  como desde el exterior ponían las cosas muy difíciles para los visitantes que sufrían más de la cuenta para anotar y se iban al descanso encajando un parcial de 12 a 2 y un resultado en el marcador de 27 a 9.

En la reanudación los visitantes cambiaron la defensa en zona por la individual, consiguiendo que los locales tuvieran que moverse más para recibir el balón y se cansasen algo más lo que nos permitió realizar algunos contraataques, pero que no tuvieron la efectividad de otras ocasiones y de nuevo el equipo local aumentó su renta para alejarse nueve puntos más en el marcador y finalizar el tercer cuarto con un tanteo de 44 a 17.

Para el último periodo del partido se continuó con la defensa individual que si bien no frenaba la superioridad local, si permitía a los de Villarroya tener más opciones en ataque debido a la posibilidad de salir a la contra, pero de nuevo fueron insuficientes para ganar el cuarto donde al igual que en los anteriores se echaron en falta los puntos en la pintura por parte de nuestros jugadores interiores que tuvieron que luchar durante todo el partido con rivales mucho más fuertes y experimentados que no dieron opción y ayudaron mucho a ganar un partido bien jugado por Cañoneros con una abultada diferencia en el marcador de 59 a 25.